La pintura es un texto, cada pintura tiene su propia historia y cada pintura responde a unas circunstancias propias en su elaboración. El amanecer es un tema que me gusta pintar porque nos comunica la esperanza de un día siempre mejor. Me gustan esos momentos vitales del ciclo del del día porque al cerrar caminos abren autopistas para la realización humana, y sucede con los atardeceres y con los amaneceres. Ambos simbolizan las posibilidades de enrrumbar la vida hacia nuevas puertos, hacia nuevas experiencias.
El caballo simboliza la fuerza, la belleza y la rapidez de las ideas que que fluyen que nos demarca el curso de cada día y la vida transcurre en fracciones en fracciones de tiempo minúsculas como los granitos de arena que caen de un reloj y que se repiten una y otra vez. Si la vida es eterna en cada cada gota que de la chepsidra cae, en ese recorrido, breve y monótono lleva en si la posibilidad de cambio , de ruptura de los paradigmas de las monotonías.
En esta pintura he querido sintetizar esos procesos mentales, muy abstractos sobre los que generalmente he poetizado y ahora los pinto y en cada pincelada una nueva idea se agrega a mis ideas y a mi cosmovisión y me gusta poder compartir y tener algo decir de las preocupaciones que rondan mi mente.
Y así como en cada pincelada degusto la vida y placer del poder ver las imágenes que inspiran mi pensamiento y que para mi sintetizan mi texto, ese que no sé si logro que llegue a ustedes y que por eso someto siempre una pintura y mi visión sobre ella. Pero la verdad solo el observador la coincidencia entre texto e imagen, somos seres humanos cada uno lleno de ideas, metas, preocupaciones y cosmovisiones.
UN CABALLO BAÑADO POR LA LUZ DE LA LUNA
Características del cuadro
Óleo sobre lienzo
Tamaño 30 x 25 cm
sin enmarar
En exhibición en editorial y Librería Alma Mater
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